lunes, 3 de enero de 2011

La espina que casi lo mata

Una espina de pescado de 3.2 cm que ingresa por el seno piriforme derecho, desplaza la arteria carótida y la separa de la vena yugular, sin romperlas. Termina clavada en el músculo esternocleidomastoideo, con una reacción inflamatoria a su alrededor, que comprime la vena yugular. Al estar enclavada y lejos de su sitio de salida, no fue posible encontrarla por endoscopia. Cuatro días después llega al hospital con dolor al tragar, hubo que hacer cirugía para retirar la espina con cuidado de no lesionar los vasos sanguíneos. No hubo complicaciones, pero por unos milímetros la espina hubiera podido ser fatal, si perfora la carótida. Si la espina tenía más de 3cm, el bocado debió ser bastante grande, por cierto.











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